Condiciones de candidatura


Todo hombre, cualquiera que sea su origen nacional, profesional o social, su confesión o su creencia (comprendidos judíos y musulmanes), puede presentare como candidato, desde el momento en que reconozca la realidad crística y esté bautizado o acepte serlo. No se le pide, sin embargo, que apostate de su fe sino que al contrario, que profundice en ella.

La Orden no busca el número. No entrega, a cambio de dinero, ni títulos retumbantes, ni pergaminos iluminados, ni condecoraciones de pacotilla. El poder, el renombre, la fortuna personal, nunca son tomados en consideración cuando se trata de entrar en sus filas.

El reclutamiento es por co-optación.

Espera de sus miembros que den testimonio con su comportamiento. Les pide el don de sí mismos y sacrificios, particularmente el de contribuir -como lo hace toda célula para el cuerpo viviente al que pertenece- a su existencia material, santificando así los recursos extraídos de la existencia, al servicio de Dios.

Los hombres no pueden entrar en la Orden mas que a partir de los 21 años.

La Orden acepta a las mujeres a partir de los 23 años.

Los menores de dichas edades, los futuros Templarios, pertenecen a un seminario laico en el que los hombres entran a partir de los 16 años, así como algunas mujeres que pese a tener dicha edad se considera conveniente que por algún tiempo estén en el seminario.

Los niños y adolescentes, muchachos y muchachas, se agrupan en unidades de "exploradores", a partir de los 7 años.